La élite de los grandes gobiernos en el mundo, ha llevado planes que solo pueden llevarse a efecto dentro de una sociedad dócil, pusilánime y débil, y es por ello que en los años 80-90 emprendieron lentamente un plan para que se considerase la desobediencia al poder establecido como una enfermedad mental. Para ello, utilizaron una serie de estudios efectuados en 1994 en los que aquellos niños que se consideraban desobedientes, lo hacían sencillamente debido a un trastorno mental, lamentablemente, a finales del 2015, esos estudios se han consolidado e incluso afirman que ciertos medicamentos como la risperidona, mejoran ese comportamiento. En resumidas cuentas, tratan de hacer dóciles a los niños para crear adultos maleables.
Pero para no confundir el ODD (Trastorno negativista desafiante) con la agresividad infantil, se debe pensar que la idea es que alguien dócil, sumiso y pusilánime será como decía la canción de Pink Floyd "Another brick in the Wall" (otro ladrillo en el muro), por el contrario, aquellos niños que han desafiado desde jóvenes ciertas reglas, cuando han alcanzado la madurez, son personas únicas que han cambiado el mundo en la ciencia, la economía, la política y en resumidas cuentas, aquellos que nacen con un toque de rebeldía serán los que realmente cambien el mundo.
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